Respira al ritmo de tu puntuación. Deja que tus dedos golpeen suavemente mientras tu mente se aquieta: este momento es tu zen. En un bucle infinito, la bola cae en el anillo naranja: toca para puntuar. A medida que aumentas tus puntos, también lo hace la velocidad. Aquí, la paciencia es clave: reduce el ritmo, espera a que se calme y continúa.